Regalo hostias
Que se sepa que si no escribo no es porque siga en esa maravillosa ciudad llamada Lutecia, digo París, y que no he contraído ninguna enfermedad peligrosa. Mi hipotálamo sigue resintiéndose, y sí, la medicación sigue teniendo como efecto secundario más peligroso la TOTAL Y ABSOLUTA FALTA DE IDEAS que hacen que a veces me replantee seriamente el seguir en el mundillo de los blogs, sea lo que sea eso ahora. A todos los que no he leído últimamente, os pido disculpas. Pero siempre se sufren malas rachas de sequedad mental que, espero, no hagan que este blog apeste a coprolito jurásico por demasiado tiempo, y pronto vuelva a ofreceros la correspondiente dosis de cagadas frescas.
¡Un saludo a todos!
P.D: Guadalajara, como ciudad altamente necesitada de una reforma estructural general y educación para el urbanismo en particular, ya sale en... ¡dos anuncios diferentes en la tele! Véase el repelente "Regalo abrazos" de ONO (que muchos de vosotros disfrutaréis en vuestras sesiones de messenger habituales) y, lo más fuerte, sale MI MALOLIENTE CALLE (en realidad es un callejón sin salida), con la correspondiente e inigualable guardería de cristales multicolor llamada "La Casa de Mamá", complejo tipo Marina D'Or en miniatura en mitad de la nada y junto a una floreciente comunidad de obreros hinchas del Atleti y ávidos de carnes sonrosadas. Así que, ya sabéis, no tengo ni puñetera idea de la marca del coche que sale, pero hay un tío cantando dentro y de repente se mete un niño con cara de gilipollas y peinado en plan ola dorada "tributo al pijismo" que lo hacen inconfundible. Si la veis, recordad: allí se mira Arbe cada día cuando sale de casa. Y piensa, con razón, que su blog necesita una limpieza a fondo YA.
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